Los directores de la revista de arte El ojo vaciado, el arquitecto e historiador del arte Antonio de Clemente y el artista plástico, con más de treinta años de experiencia, Sergio Abrain, presentaron este miércoles, en el salón de actos de Caja Rural de Aragón de Huesca, las líneas de trabajo de una nueva publicación periódica.

“El ojo vaciado es un punto de encuentro de artistas. Frente a las publicaciones tradicionales, en las cuales los críticos hablan sobre las obras, aquí son los artistas los que hablan de sus creaciones y las ponen en común, y en la cual tienen cabida todas las disciplinas”, manifestó De Clemente y subrayó que “esa es, precisamente, una de las riquezas de la publicación, la amplitud de miras y que cualquier manifestación artística de arte visual tiene su lugar, sea de donde sea, además buscamos un ámbito internacional”, aclaró.

La temática de cada número será variada. De Clemente explicó que “en la segunda publicación hemos trabajado sobre la luz y el espacio, con lo que aparecen más obras de artistas que trabajan la performance o la escenografía, frente al primero que fue más pictórico”.

La publicación no es meramente una colección de láminas, sino toda una muestra de filosofías estéticas que incitan a reflexionar sobre una época convulsa y rica en producciones en todos los registros artísticos porque “la imagen es la que cuenta” por encima de los textos, que se presentan en un cuadernillo a parte, ya que “lo importante es que el espectador sea libre de generar su propio discurso”, resaltó su director.

El ojo vaciado nació en 2020 como antítesis al exceso de imágenes a las que nos exponemos hoy en día tanto en redes sociales como en publicidad “lo que hace que no valoremos lo que estamos viendo”, indicó De Clemente y como consecuencia de ello añade que “Sergio dice que el ojo se vacía y esta revista viene a llenar el ojo de imágenes en las que se ponen en valor las obras de arte”, e insistió en que esto genera un problema y es que “ya puede ser la imagen de un bombardeo en la Franja de Gaza como un anuncio de un cepillo de dientes, la saturación de imágenes produce que las valoremos por igual”.