Los días 23, 24 y 25 de agosto de agosto ha tenido lugar en la población de Ainzón el Festival Organalia Mundi, propuesta musical en torno al órgano histórico de la localidad. Organizado por los Amigos del Órgano Histórico de Ainzón (AORHA), patrocinado por la Diputación Provincial de Zaragoza, el Ayuntamiento de Ainzón y la Fundación Caja Rural de Aragón, en colaboración con diferentes empresas locales, la edición ha sido un  punto de encuentro abierto a todos los públicos, estilos y disciplinas en torno a un instrumento que trasciende lo meramente musical. Conciertos, charlas y cine mudo con música han sido algunas de las actividades programadas en torno al órgano histórico de la localidad.

Los asistentes han podido disfrutar de una selecta selección de propuestas que recorren la historia de la música. Todas las actividades se desarrollaron en la iglesia de Nuestra Señora de Piedad y en el Cine Club local.

El programa del festival comprendía la siguiente programación:

Maestros organistas: conciertos a cargo de Juan San Martín, profesor del Conservatorio superior de Pamplona y organista titular del Pilar de Zaragoza; Jesús Gonzalo, profesor del Conservatorio de Zaragoza e investigador y editor de temas musicológicos y organológicos; y Silvia Márquez, especialista en teclas históricas, Catedrática del Conservatorio Superior de Madrid y directora del grupo de música antigua “La tempestad”.

Músicas del mundo: “Músicos de frontera”, propuesta donde el órgano y otros instrumentos de tecla y tradicionales de viento, cuerda y percusión generaron una sugerente yuxtaposición de temas clásicos y populares. La segunda jornada la protagonizó el violinista Raúl Márquez, que ofreció vertiginosos pasajes e improvisaciones en medio de loops y efectos electrónicos sorprendentes. Cerraron este apartado las hermanas Marta y Candela Marín, dos cautivadoras voces del blues y el soul que evocaron a las grandes damas de la música afroamericana.

Cine mudo con música: se proyectaron dos largometrajes y dos cortos con improvisaciones de Carmelo Pueyo. Acompañado por el órgano de la iglesia, se proyectó El gabinete del Dr. Caligari (1920) del cineasta Robert Wiene. Y en el cine club, ya con piano, pudo visionarse El chico (1921), de Charles Chaplin, y dos cortometrajes de 1922, Policías y Una semana, de Buster Keaton.

Charla con los maestros: previo a sus respectivos conciertos, los profesores expusieron diferentes aspectos relacionados con esta disciplina. El órgano de tubos: un instrumento prodigioso (Juan San Martín); El patrimonio organístico aragonés (Jesús Gonzalo); y Tañer, interpretar música para órgano (Silvia Márquez).

Visitas guiadas al órgano de tubos e iglesia: ofreció la posibilidad de conocer tanto el órgano -fundamentos artísticos, musicales, funcionales, históricos- como la iglesia de Ainzón, cuya fábrica actual procede del siglo XVI, si bien todavía alberga la pila bautismal románica y el Cristo gótico entre otros interesantes elementos.

Beber música, escuchar: los asistentes pudieron disfrutar de degustaciones y catas de vinos y cavas de las cuatro bodegas de Ainzón permitiendo conectar los mundos sensoriales de la música y la enología a través de la fusión de olores, texturas, sabores, colores y sonidos.

El órgano de Ainzón es un ejemplo paradigmático de la organería aragonesa. Construido en 1802 por Miguel Usarralde, perteneciente a una de las más activas sagas zaragozanas de organeros, tiene 45 teclas en teclado partido, siete pisas -teclas para pies-, 24 registros y tubería de metal de buena aleación.

Si bien los primeros documentos que hacen mención a la existencia de un órgano datan de principios del siglo XVII, es verosímil que su presencia fuera anterior ya que durante siglos acompañó la vida de sus habitantes en acontecimientos festivos, luctuosos e incluso educativos, pues eran los organistas quienes tenían la responsabilidad de formar a los niños en determinadas materias.

El festival surge tras dos años de trabajo para que el órgano de Ainzón suene en condiciones óptimas, dado que, pese a que fue restaurado en los años 90, el instrumento estaba en condiciones «pésimas» por su escaso uso, por lo que el año pasado fue necesaria una limpieza y una «puesta a punto».

Esta actividad se enmarca dentro de las actividades llevadas a cabo por la Fundación para impulsar la cultura y la vertebración del territorio poniendo en valor el patrimonio local.