La novena edición del Gran Trail Aneto Posets (GTTAP) bajó el telón. Un año más contó con la colaboración de Caja Rural de Aragón y de nuestra Fundación. Alrededor de 2.500 corredores escribieron a golpe de zancada su propia historia a cobijo de los dos principales macizos de los Pirineos durante todo el fin de semana. La llegada a meta de los últimos corredores de la prueba reina, de 105 km y 6.750 metros de desnivel positivo, y la entrega de trofeos a los vencedores han servido una vez más para despedir una cita que volvió a convertirse en la gran fiesta de las carreras por montaña de Aragón.

Juan Manuel Romero fue el último en cruzar el arco de llegada en Benasque, acompañados por los escobas. Para ellos ha dedicado sus primeras palabras tras culminar su hazaña: “Los​ voluntarios son los que hacen grandes las carreras y en el GTTAP el trato que nos dan es increíble. Aunque en algunos momentos se me pasó por la cabeza, abandonar no era una opción. Corro un grupo de amigos y por una causa solidaria, dos motivos que me han dado fuerzas para terminar”.

El público entregado en la Avenida de los Tilos de Benasque supo valorar su esfuerzo y le dio un recibimiento por todo lo alto. No es para menos, llevaba 36 horas y 43 minutos viajando a pie alrededor del Aneto y del Posets y finalmente logró cumplir su sueño.

Pero no fue el domingo únicamente un día de cierre. También hubo competición de alto nivel en las dos distancias más cortas y explosivas del evento. A las 8.00 partió la Vuelta al Pico Cerler, de 25,5 km y 1.250 metros positivos con 566 participantes. El argentino Diego Simón, que ya fue segundo en el Kilómetro Vertical, se proclamó vencedor con un tiempo de 2 horas, 11 minutos y 29 segundos. “Esto es precioso y me siento muy querido aquí, con la gente animando durante todo el recorrido. He dado todo lo que tenía y al final ha salido bien”, reconocía el atleta, que ya venció en 2018. El francés Romain Lacaste (2:13.18) y el aragonés Sergio Serrano (2:15.12) fueron segundo y tercero, respectivamente.

255 corredores tomaron la salida a las en la Vuelta al Molino de Cerler a las 9.00 para enfrentarse a los 10,7 km y 460 m positivos de la modalidad más corta y explosiva -y no menos meritoria- del GTTAP. Tras ser tercero en 2018 y segundo en 2019, Álvaro Osanz se llevó por fin su primer triunfo en Benasque. El jacetano paró el crono en 49 minutos y 3 segundos. “He puesto mi ritmo desde el principio y me he conseguido escapar en la primera subida. A partir de ahí, he regulado para volver a apretar en la parte final de descenso hacia Benasque”, detalló el atleta internacional. Carlos Jávega (54:36) y el legendario Raúl García Castán (56:03) le secundaron en el podio.

La categoría femenina también tuvo una clara ganadora, la corredora del equipo Trangoworld Sonia Martín, que cruzó la línea de meta en una hora, 2 minutos y 8 segundos. Tras ella, Andrea Barranco (1:09.30) y Martina Laplana (1:12.51) fueron segunda y tercera. “Hoy mi cerebro solo pensaba en correr, correr y correr. Tras hacer el Maratón de las Tucas el año pasado, esta vez tocaba una distancia más corta, pero igualmente dura y preciosa. Espero volver también el año que viene”, expresó la ganadora.

La Gran Trail Aneto Posets 2022 se recordará por muchas cosas, pero una de ellas será sin duda la pedida de mano del corredor Alberto Torres, natural de Vinaroz (Castellón) aunque afincado en Biescas, a su novia, la también corredora Noelia Lardiés, nada más cruzar la meta como vencedor de la Vuelta al Aneto, la segunda prueba más dura con 55 km y 3.630 m de desnivel. ​

El calor no derritió el espectáculo de las carreras por montaña en la jornada disputada el sábado en el que Ion Azpiroz y Patricia Bullido se coronaron en el Gran Trail Aneto-Posets, Marta Molist y Alberto Torres en la Vuelta al Aneto, y Anna Comet y Borja Gallardo en el Maratón de las Tucas.

La novena edición del Gran Trail Trangoworld Aneto-Posets vivió su día grande el sábado con la celebración de sus tres mayores distancias. Más de 1.700 corredores se enfrentaron a las altas temperaturas y a unos recorridos de alta montaña en los macizos más salvajes del Pirineo: el Aneto y el Posets.​